lunes, 27 de julio de 2009

INTRODUCCION

Existen personas que se han distinguido por reconocer las señales de su tiempo, conocen e interpretan adecuadamente el verdadero significado de su existencia y su rol en la sociedad, son verdaderos guías, iluminados de su época, su inteligencia parece estar por sobre todo tipo de funcionalidad o área del intelecto, poseen una inteligencia que escudriña lo trascendente, lo infinito, atemporal, aquello que reconoce la conciencia, aquello que tiene que ver con la esencia mas intima del ser humano. A este tipo de inteligencia, es al que hemos denominado “inteligencia holística” y caracteriza a los grandes iluminados de la humanidad, evidencia de ello es la inmortalidad de sus pensamientos, discursos o frases celebres. Conviene, por tanto, preguntarse si la inteligencia holística se puede cultivar o no, y mi hipótesis es que si.
En el antiguo Egipto la dinastía de los faraones preparaba a sus miembros a través de un proceso educativo que contemplaba dos etapas, la primera que correspondía a los siete años del ojo derecho de Horus y la segunda, a los siete años del ojo izquierdo de Horus. Los primeros siete años contemplaban el conocimiento de las leyes y principios que rigen el funcionamiento de este mundo a través de las matemáticas, geometría, física, química, etc.. Los segundos siete años contemplaban el conocimiento de aquello que esta mas allá de los sentidos a través del esoterismo, la filosofía, la religión, el arte, etc…
Este mismo planteamiento de educar para lo racional o sensorial y lo imaginativo (irracional) o extrasensorial al mismo tiempo es el planteamiento de una educación de caracter holístico, metodo necesario para estimular el desarrollo de la inteligencia holistica. Planteamiento que se hace presente en un momento de profundos cambios en todos los niveles del quehacer humano, donde el avance de la ciencia y la tecnología están provocando un profundo impacto en vida misma de las personas, revolucionando no solo su forma de vivir, sino la forma de entender su entorno y su propia existencia.
Es por esto, que se puede pensar en estimular el desarrollo de la inteligencia holística, a traves ejercicios o practicas basadas en una visión sistémica de las cosas y que enfatizan en el propio ser humano, con sus distintos facetas y capaz de explorar todo su potencial, entendiéndolo como una convergencia de aspectos físicos, emocionales, mentales, sociales, morales, y espirituales, como sujeto transformador de la sociedad y gestor de su propia realidad y que como modelo de desarrollo personal pueda constituir una respuesta a la problemática planteada.

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